Santa Isabel y San Zacarías (Martínez Montañés)

 

Santa Isabel y San Zacarías

Fotografía: Diego Posada

Santa Isabel y San Zacarías

Juan Martínez Montañés

1620-1622

Comunidad de Agustinas

Iglesia. Monasterio de San Leandro, Sevilla

Madera tallada, dorada, policromada y estofada, 108 x 55 cm x 40 cm

 

El evangelista San Lucas transmitió la historia del matrimonio de Santa Isabel y San Zacarías, ensalzando sus virtudes y la obediencia al mandato divino. En tiempo de Herodes el Grande, el sacerdote Zacarías, de la casa de Abías, estaba casado con Isabel, descendiente de Aaron y prima de la Virgen María. Cuando él quemaba incienso en el templo, el arcángel San Gabriel le anunció que su mujer tendría un hijo, a pesar de su avanzada edad, al que llamarían Juan, quien prepararía al pueblo para recibir la venida de Jesucristo. Por su incredulidad, también le comunicó que estaría mudo hasta que se cumpliera el deseo de Dios. Isabel quedó en cinta y su marido permaneció cinco meses sin salir de casa.

Juan Martínez Montañés talló estas magníficas representaciones de los padres del santo precursor para el retablo dedicado a San Juan Bautista en la iglesia conventual de San Leandro de Sevilla. Una obra encargada por Juan Peñate de Narváez y Ana Jiménez para el altar adquirido como enterramiento familiar. Ellos estaban estrechamente vinculados al monasterio, pues su hija María ingresaría en 1621 con una dote de 1.100 ducados. Este patrono desempeñaba el cargo de almojarife de la aduana de Sevilla y mantenía amistad con el escultor, pues en 1621 fue su fiador en el contrato del retablo mayor de la iglesia conventual de Santa Clara.

Entre 1620 y 1622, Juan Martínez Montañés construyó el retablo diseñado por Juan de Oviedo, aunque el escultor no cobró la liquidación hasta agosto de 1623. Baltasar Quintero realizó el dorado, la policromía y la decoración estofada. Con la restauración realizada con motivo de la exposición Montañés, maestro de maestros, organizada por el Museo de Bellas Artes de Sevilla en 2019, la restauradora Carmen Bahima realizó una excelente recuperación de valores artísticos que pasaban desapercibidos.

Las esculturas de bulto redondo de Santa Isabel y San Zacarías están situadas en las hornacinas de las calles laterales del segundo cuerpo del retablo, flanqueando el altorrelieve del Bautismo de Jesús, mientras en las del cuerpo inferior están las imágenes de la Virgen y San José, a los lados de la escena de San Juan Bautista de rodillas. Martínez Montañés realizó una magnífica representación del sacerdote, tanto en el tratamiento del ropaje litúrgico, como en el tratamiento de la cabeza que muestra un noble rostro anciano de poblada barba canosa. Montañés concibió a Santa Isabel con un velo blanco cubriendo la cabeza, enmarcando su rostro ajado y anciano, y con un manto rojo sobre los hombros con sus extremos en cada brazo que deja contemplar la túnica larga de color verdoso. La santa tiene una expresión elocuente y de gozo con los brazos extendidos, dirigiendo la mirada al centro del retablo, donde está la escena de su hijo bautizando a Jesús.

 

 José Luis Romero Torres

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